Durante la estancia en Cuba, iniciada el pasado 19 de septiembre, el papa Francisco, jefe del Estado de la Ciudad del Vaticano realizó una visita de cortesía al líder historico de la revolución cubana Fidel Castro en su domicilio de La Habana.
Ambos “coincidieron en importantes temas de interés vinculados a la causa de los pobres, la preservación de la paz y la supervivencia humana.
Luego, el obispo de Roma se trasladó al Palacio de la Revolución (sede del gobierno) para sostener un diálogo en privado con Raúl Castro, quien asumió el gobierno tras la enfermedad de su hermano Fidel.
EL el dialo se baso en el “buen estado y favorable desarrollo” de las relaciones bilaterales entre Cuba y la Santa Sede, que este año arribaron al aniversario 80 de vínculos ininterrumpidos, al tiempo que se abordaron “otros temas de carácter internacional”.
En su peregrinaje por Cuba, el papa, de origen argentino y cuyo nombre secular es Jorge Mario Bergoglio, ofició tres misas en las plazas de la Revolución de La Habana el domingo y de Holguín el lunes, así como en la Basílica Menor del Santuario Nacional de la Virgen de la Caridad del Cobre, a unos 16 kilómetros de Santiago de Cuba, este martes.
Las homilías transmitieron mensajes de paz, reconciliación, unidad, amor y esperanza, al tiempo que llamó a cuidar la familia, donde tuvo un amplio recibimiento popular en sus recorridos en el papamóvil por las avenidas principales que culmino el el marte 22 de setiembre.
Este es el primer viaje de Francisco a Cuba, y la tercera visita de un papa, después de las realizadas por Juan Pablo II en 1998 y Benedicto XVI en 2012.
Su presencia en Cuba estuvo marcada por el rol que desempeñó el pontífice en el proceso para el restablecimiento de relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos, que se materializó el pasado 20 de julio.
